Rootencial nos presenta a Lydia Mba, ilustradora especializada en el campo de la ilustración infantil y juvenil. Nacida en Madrid, España, de madre española y padre guineoecuatoriano, nos cuenta cómo el municipio de Alcorcón, de donde viene, ha influido fuertemente en su pasión por el arte.
Si alguna vez has pensado en algo, aunque creas que es una locura, si es algo que tú has decidido lo conseguirás. Sólo tienes que hacerlo… Las cosas excepcionales a veces son las que a priori parecen más simples, pero necesitamos a alguien que haga esas cosas.
Rodeada por el arte callejero de este municipio al igual que por muchos artistas desde temprana edad, Lydia nos confiesa que no fue hasta los 14 o 15 años que tuvo claro que quería ser artista. Su arte comenzó entre las paredes de su casa: “Yo empecé a hacerlo todo desde casa, buscando referentes en libros, en ilustraciones o artistas que me gustaban“, allí es donde al haber descubierto su pasión por el arte empezó a hacer piezas en sus ratos libres y consecuentemente a recibir clases de pintura y dibujo. Desde entonces, su dedicación por el dibujo siguió desarrollándose hasta decidir dedicarse a ello profesionalmente.
Tras obtener experiencia asistiendo a talleres de pintores en su localidad, recibiendo cursos de dibujo y practicando en su tiempo libre, actividades que reafirmaron su pasión por el dibujo, Lydia continuó con la búsqueda de cursos adaptados que le permitieran enfocarse en la ilustración y así conseguir cumplimentar sus experiencias con un curso profesional más técnico.
Tomada la decisión de hacer de su pasión una profesión, desde entonces la trayectoria ha estado marcada por muchas horas de dedicación y estudio. “En las profesiones creativas es muy complicado que alguien tome el valor de una profesión. Todo el mundo toma las cosas creativas como algo que haces o en tu tiempo libre o como un hobby… Tienes que explicar mucho lo que haces y el esfuerzo que te supone hacer una obra y la importancia además que tiene.” Así nos cuenta que pesar de que muchas personas no entienden que ser artista es una profesión como muchas otras y que de hecho es de suma importancia, ya que la imagen es la base de muchos medios de comunicación importantes, el apoyo que ha recibido de su familia siempre ha sido constante al empezar esta arriesgada trayectoria.
Sin embargo, al hablar de cómo su identidad racial o sociocultural ha influenciado su trabajo o el esfuerzo de su trabajo, la entrevistada comparte que al trabajar en sectores de videojuegos y publicidad en España eso nunca le supuso ninguna dificultad. No obstante, continúa explicando que siente que su identidad racial y sociocultural sí marca como otros reciben su trabajo ahora. Nos cuenta, que en España, por motivos ajenos a su conocimiento, no ha conseguido trabajar con una editorial nacional, a diferencia de publicaciones que ha realizado para otras editoriales extranjeras en Estados Unidos, Inglaterra e incluso Kuwait.
Me di cuenta que yo no mostraba a alguien que fuera igual que yo, entonces decidí dar el cambio y crear esos contenidos…Y empecé a enfocar mi trabajo en dar visibilidad a la comunidad negra, a personas africanas, afro descendientes y a crear diversidad.
Dándose cuenta que sus obras estaban muy ligadas a lo que el sector pide en España, y que tal vez por ese motivo no había hasta el momento publicado con editoriales en el país, Lydia decidió que tal vez era hora de crear por sí misma esos contenidos enfocándose en la creación de obras nuevas que reflejasen su propia identidad, e intentando del mismo modo dar visibilidad a la comunidad negra y afrodescendiente de España y promover la diversidad mediante sus trabajos.
Sintiéndose sumamente orgullosa de poder vivir de su pasión por la ilustración y promover la diversidad mediante ésta, Lydia muestra una actitud firme bajo su convicción de que podemos ser actores activos y enfocarnos en abrir oportunidades cuando éstas no se dan. Recalca que en situaciones donde existe una falta de representación racial en ciertas comunidades y por tanto de diversidad, queda en las manos de estas comunidades el poder involucrarse y crear nuevas oportunidades y sectores en los que si se dé esta diversidad.
Decidir cuando ves que no hay un hueco: ¡Voy a abrir un hueco! ¡Lo voy a abrir yo, lo voy a hacer!
Crear algo nuevo no es fácil. A veces, nos recuerda Lydia, que aquellas cosas que parecen ser las más simples son las más excepcionales y las que requieren más trabajo. Del mismo modo, marcarse el objetivo de hacer algo nuevo o diferente tampoco es una trayectoria sencilla, pero sí una que requiere mucho trabajo, fuerza de voluntad y perseverancia para seguir el camino a pesar de los obstáculos y las oportunidades que vienen y van.
Lydia nos recuerda que los objetivos al principio se pueden ver muy lejanos, muy duros y que cuestan mucho esfuerzo, sin embargo esto es algo en lo que uno debe tener paciencia, ser constante y trabajar mucho sin rendirse. El reto principal nos cuenta, es no tirar la toalla, seguir trabajando y por mucho que se cierren puertas, saber que si una se cierra quizás no es la puerta adecuada, y la solución a esto puede ser seguir llamando sobre miles de puertas hasta que una se abra.