Óscar Ngomo Nfumu nació en Julio de 1990 en Madrid. Con nueve años se mudó con sus padres a la provincia catalana de Tarragona donde vió crecer su potencial deportivo. Hijo de padres Ecuatoguineanos ha podido disfrutar y aprovechar las ventajas que le han ofrecido los dos países en el ámbito del baloncesto. En la actualidad, compagina el deporte con su grado en derecho.
Óscar empezó sus andaduras en el deporte con el fútbol, pero a los 12 años, gracias a su destacada altura y la insistencia de su primer entrenador le ayudaron a abrirle las puertas al baloncesto, el cual con el tiempo se ha convertido en su gran pasión. A los 16 años su vida dio un giro de 360º, aprovechando la oportunidad de convertirse en jugador profesional. Tuvo la posibilidad de ir a Malabo, donde jugó un par de años con el equipo “Malabo Kings”. De regreso, diversos equipos de Tarragona le quería como titular hasta la fecha.
Ese gran esfuerzo le ha conducido a ganar con el Malabo Kings, el campeonato de la zona 4 durante dos años consecutivos; quedar en séptima posición del campeonato africano; ser campeón dos años de la liga Eba; y mejor deportista del año 2015.
Óscar se siente convencido que su origen socio-cultural le ha ayudado mucho. Por una parte, el ecuatoguineano es un ser tozudo y persistente; capaz de enfrentarse a todo tipo de retos y sobrevivir, y él es un claro ejemplo. En España, también la ha servido para ser más atractivo y diferenciarse de los demás.
Su consejo final para todos nosotros, es que si tenemos una idea, un objetivo; no desistamos. Requiere esfuerzo y sacrificio, a pesar de las dificultades todos tenemos la capacidad para vencerlas. Aunque aún exista el prejuicio de que el africano es débil mentalmente, todos sabemos que no es así y qué mejor manera que destruir el mito demostrando lo que uno vale.
El apoyo mutuo fue la pieza angular para poder vencer a equipos con jugadores experimentados que contaban con altos presupuestos y preparación.
A pesar de que las cosas le están yendo bien ahora, el camino no ha sido fácil. Óscar nos comenta, que la vida de deportista no es sólo el partido (la final de la copa), detrás hay un gran sacrificio al que no todo el mundo está dispuesto a invertir. Tuvo momentos de tirar la toalla, de dejarse llevar por la fiesta y la diversión. Era alto, sí, pero venía de jugar a otro deporte y no era tan bueno como sus compañeros. Afortunadamente, recibió el apoyo de los suyos y sus ganas por hacerlo bien vencieron a las debilidades.
Lo primero fue mentalizarse del sacrificio; privarse de las primeras fiestas con mis amigos del instituto, ya que éstas bajaría el rendimiento del partido del día siguiente.
Como todo en la vida, Óscar también se enfrentó a diversos retos en el ámbito deportivo. El que más le marcó fue, el de competir con equipos de mayor presupuesto y jugadores más preparados habituados a la presión de grandes competiciones, como la champions de Africa de Baloncesto. Por suerte, contaban con una gran unión y compenetración en el equipo nacional ,que les ayudó a vencer dicha adversidad.
Nuestra estrella del baloncesto sostiene que el único obstáculo real que nos separa del éxito, es uno mismo. El “yo”, es el que tiene la capacidad de automotivarse, de no caer en las tentaciones o rendirse. Todo lo bueno requiere de esfuerzo y sacrificio y solo nosotros somos capaces de autoconvencernos.